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Preguntas que no debes tolerar en una entrevista de trabajo

18/05/2023

Ni todxs lxs reclutadorxs ni todas las empresas hacen siempre las cosas bien. Así que si estás en una entrevista de trabajo y empiezan a soltar preguntas que te hacen sentir incómodx, no dudes de tus sensaciones: puede que efectivamente estén haciéndote la clase de pregunta que no debe hacerse nunca y que, por supuesto, no tienes por qué tolerar. Como aquellas relativas a áreas de tu persona que bajo ningún concepto pueden servir como motivo de discriminación según la Constitución. Entre ellas, señala la psicóloga especializada en recursos humanos, Eva Porto, está la pregunta de si tienes hijos, sobre tu edad, sobre tu estado civil, sobre tu nacionalidad o sobre tus condiciones de salud.

Esa información es privada y no afecta en absoluto a tu capacidad para trabajar. Lo que importa es tu formación, tu experiencia y tu arsenal de competencias. Punto. En este sentido, tampoco deberías sentirte obligadx a responder a la pregunta de cuál es tu altura y tu peso, a la de cuál es tu religión, a la de cuál es tu ideología política o a la de si estás afiliado a algún sindicato. Nuevamente, la Constitución prohíbe a personas e instituciones discriminar por estas características físicas o estas creencias. Pero no son las únicas preguntas inadecuadas que pueden hacerte en una entrevista. Además, están aquellas que incurren en discriminación pero de una manera mucho más sutil:

”¿Vives solo? ¿Podrías maquillarte mucho para que los clientes gasten más? ¿Cuál fue tu año de graduación? ¿Tienes síndrome posmenstrual? ¿Te sentirías cómoda en un ambiente tan masculino? ¿A qué se dedican tus padres? ¿Cómo es un día normal en tu vida?”, enumera la propia Porto. En momentos así probablemente fluya una frase por tu cabeza: ¿y a ti qué coño te importa? Después de todo, no son preguntas inocentes. Son preguntas destinadas a saber si deben discriminarte o si pueden cosificarte. Una vez las recibas, una vez tengas claro que son reclutadorxs sin demasiados escrúpulos, debes decidir cómo actuar. Y principalmente tienes tres alternativas.

La primera es abandonar la entrevista. Como dice la experta, “tienes que saber que estas preguntas te están diciendo que esa empresa no será un buen lugar para trabajar: si en la entrevista no te sientes respetado tampoco lo harás cuando trabajes para ellos”. La segunda pasa por expresar que no estás de acuerdo con esas preguntas, pero con casi toda seguridad te descartarán: si las hacen es porque no son gente de fiar y no querrán a alguien capaz de rebelarse en su empresa. La tercera y última, si necesitas el trabajo sí o sí para salir adelante, es contestar sin responder a la pregunta, desviando la respuesta hacia algo profesional. Pero recuerda: te mereces algo mejor que ese sitio.

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